Washington, 15 nov (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, renovó hoy sus ataques verbales contra la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016.
La pesquisa indaga, además, acerca de la presunta complicidad del equipo de campaña de Trump con el país euroasiático, lo cual ambas partes negaron reiteradas veces y el mandatario la califica de cacería de brujas, como hizo otra vez este jueves.
De acuerdo con el gobernante republicano, el funcionamiento interno de la investigación de Mueller es un desastre total, y sus miembros «no han encontrado ninguna colusión y se han vuelto absolutamente locos».
«Ellos están gritando a la gente, amenazándola horriblemente para que den las respuestas que quieren. Son una vergüenza para nuestra nación y no les importa cuántas vidas queden en la ruina», escribió Trump en su cuenta personal de la red social Twitter.
Agregó que son personas enojadas, incluido «el altamente conflictivo Bob Mueller, quien trabajó para Obama (Barack, antecesor de Trump) durante ocho años».
«Ni siquiera verán todas las malas acciones y los crímenes del otro lado. Una cacería de brujas total, como ninguna otra en l historia estadounidense», apuntó.
Ayer, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, bloqueó un proyecto de ley que pretendía proteger la referida pesquisa de cualquier esfuerzo de la administración de Trump por dañarla.
El senador republicano Jeff Flake y su colega demócrata Chris Coons, promotores de la iniciativa legal, anunciaron que insistirían en la propuesta después del cese de Jeff Sessions como secretario de Justicia la semana pasada.
Para ocupar ese cargo, de manera interina, el jefe de la Casa Blanca designó a Matthew Whitaker, quien se ha pronunciado en contra de dicha investigación.
Ante ese paso de Trump, surgieron nuevas preocupaciones entre los demócratas y otros sectores pues el gobernante puede ponerle fin al trabajo de Mueller.
El Comité Judicial del Senado aprobó un proyecto para proteger a Mueller o cualquier otro fiscal especial, en caso de despido, pero la iniciativa se estancó en medio de la oposición de los líderes del Partido Republicano.